LO HUMANO
De existir una "Naturaleza Humana, ésta es el cambio, la historia, la transformación. Estamos a una gran distancia de la idea de naturaleza humana.
Estamos en lo opuesto.
Quiero decir, si lo natural había asfixiado lo humano, merced a un orden impuesto con la idea de lo permanente, ahora estamos diciendo lo contrario:
que lo natural debe ser humanizado y que esta humanización del mundo hace del hombre un creador de sentido, de dirección, de transformación.
Si ese sentido es libertador de las condiciones supuestamente «naturales» de dolor y sufrimiento, lo verdaderamente humano es lo que va más allá de lo natural: es tu proyecto, tu futuro, tu hijo, tu brisa, tu amanecer, tu tempestad, tu ira y tu caricia. Es tu temor y es tu temblor por un futuro, por un nuevo ser humano libre de dolor y sufrimiento.

En tanto no experimente al otro fuera del para-mí, mi actividad vital no humanizará al mundo.

El otro debería ser a mi registro interno, una cálida sensación de futuro abierto que ni siquiera termina en el sin sentido cosificador de la muerte.

Sentir lo humano en el otro, es sentir la vida del otro en un hermoso multicolor arco iris, que más se aleja en la medida en que quiero detener, atrapar, arrebatar su expresión.

Tú te alejas y yo me reconforto si es que contribuí a cortar tus cadenas, a superar tu dolor y sufrimiento.
Y si vienes conmigo es porque te constituyes en un acto libre como ser humano, no simplemente porque has nacido «humano».
Yo siento en ti la libertad y la posibilidad de constituirte en ser humano.
Y mis actos tienen en ti mi blanco de libertad.
Entonces, ni aun tu muerte detiene las acciones que pusiste en marcha, porque eres esencialmente tiempo y libertad.

Amo, pues, del ser humano su humanización creciente.
Y en estos momentos de crisis, de cosificación, en estos momentos de deshumanización, amo su posibilidad de rehabilitación futura.

Silo